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La Ilustració catalana

Revistas de información general || Cultura
Emulando a la revista española de mayor tirada de la época –La ilustración española y americana (1870-1921)–, la catalana es fundada y editada por Carlos Sampons y Carbó y considerada como la primera gran revista ilustrada escrita íntegramente en lengua catalana, que en 1883 pasará a ser propiedad y dirigida por Francesc Matehu i Fornells (1851-1938). Tiene dos épocas, la primera va desde el diez de julio de 1880 hasta el 31 de marzo de 1894 y, la segunda, desde el siete de junio de 1903 hasta el 30 de diciembre de 1917, cuando elimina de su cabecera el artículo determinado y se titulará Ilustració catalana, y adquirirá un tono netamente modernista. Tanto en su primera como en su segunda época tendrá un marcado carácter catalanista (en el grabado que acompaña a su cabecera de la primera época aparece, junto a los atributos de las bellas artes, una cabeza adornada con el símbolo patriótico de la barretina), reflejando su actualidad social, económica, literaria, cultural y artística. Aparece con el subtítulo “periòdich desenal, artístich, literari y científic”, en números de ocho páginas, convirtiéndose en quincenal a partir de enero de 1882, aumentando sus páginas hasta las dieciséis. A partir de marzo de 1881 comienza a introducir publicidad comercial de establecimientos y productos catalanes, que irá aumentando progresivamente hasta ocupar sus últimas páginas. Compuesta a tres columnas, sus páginas dan cabida a los más acreditados periodistas, escritores, dibujantes y grabadores de las letras y las artes plásticas catalanas. Destacan sus crónicas de actualidad catalana, sus revistas de teatros, musicales y literarias, sus artículos biográficos e históricos, de comercio e industria, tradiciones, inventos, modas, sus secciones bibliográfica (a partir de abril de 1881) y de bellas artes, sus textos de creación literaria (leyendas, narraciones, etc.) o sus composiciones poéticas. La revista se benefició del impulso de las artes gráficas que se dio en Cataluña en aquélla época, y el taller de fotograbado de Josep Thomas Bigas (1850-1910), que había sido el pionero del fotograbado en España a partir de 1875 y el introductor de los procedimientos fotomecánicos a partir de 1882, empezará publicar sus trabajos en La ilustración… a partir de 1884, introduciendo asimismo el grabado en color a partir de 1890. A la misma vez, la revista irá sustituyendo sus grabados en madera (xilografía) a partir de 1885-1886, manteniendo sólo en menor medida los “galvanos” de importación. Cuatro de sus ocho páginas iniciales incluían grabados, dos de ellos a toda página, de retratos de catalanes ilustres, vistas, monumentos, edificios, de actualidad, dibujos alegóricos, reproducciones de obras pictóricas, etc., especialmente referidos a Cataluña, pero también de otras partes de España y del extranjero. Entre sus ilustradores principales aparecen los nombres de Alexander Riquer (diseñador de su portada), Josep Serra (autor de la cabecera) o Josep Lluís Pellicer. Publicará fotografías de Jaime Monrás, Heribert Mariezcurrena o del Estudio de Napoleón y Rafael Arenas. Su primer director había sido Josep Franquesa i Gomis, que pronto fue sustituido por el propio Sampons, y tras la muerte de este a finales de 1882, por Matheu, que consta así en su cabecera desde el 30 de enero de 1883, quién le dotará a la revista su “ardiente” catalanismo, pero alejado de las luchas partidarias. Entre sus primeros redactores contó con Ángel Guimerá, Víctor Iranzo, Ramón E. Bassegoda (autor de la sección Crónica general), Eduardo Támaro (que firma la sección Nuestros grabados), Francesca de Boter, Josep Redoreda, Conrat Roure, Lluís Maria Puig, L. Mercader y S. Robot. Entre sus colaboraciones aparecerán las de Valentí Almirall, Víctor Balaguer o Jacint Verdaguer. La revista editó ya en su primera época números extraordinarios, como el dedicado a la Exposición Universal de Barcelona, que le valió una medalla de oro. Y Matheu, en 1884, creará su propia editorial, a través de la cual publicará la edición popular de las obras de Verdaguer, así como la colección mensual Lectura Popular, como biblioteca de autores catalanes. Tras un lapso de ocho años y haber publicado 325 números en su primero época, y ayudado por J. Alemany, Matheu volverá a sacar la revista en 1907, ahora con formato mayor, aunque lo reducirá en su número 709, de 1907, en una edición más popular y a la vez más lujosa, al utilizar papel couché, con periodicidad semanal, saliendo los domingos, en números de 16 páginas, pero continuando su papel destacado en la prensa catalanista, dirigida a la burguesía y manteniendo el espíritu de la Reinaxença, a la vez que reticente a aceptar la ortografía propuesta por Pomepu Fabra. Entre sus colaboradores contará con Joan Maragall, Narcís Oller, Frederic y Carles Rahola, Joan Alcover o Pons i Massaveu. Se incorpora un dibujante como Jaume Pahissa, y además de las fotografías de actualidad, retratos, etc., reproduce óleos de autores clásicos, además de ilustraciones de Antoni Pahissa, Joaquim Vayreda, Joan Llimona o Dionis Baixerau. En esta época, seguirá publicando números extraordinarios, como los dedicados al Quijote (22 enero de 1905), a las obras de la Sagrada Familia (18 de marzo de 1906), a la reforma urbanística de Barcelona (15 de mayo de 1908), o a la propia conmemoración del nacimiento de la revista (5 enero de 1913). La colección de la Biblioteca Nacional de España incluye también la publicación mensual Feminal, que como suplemento editó también La ilustración… un total de 759 números, desde el 28 de abril de 1907 hasta el 30 de diciembre de 1917, dirigida por Carme Karr (1865-1943). Considerada como la primera revista feminista catalana, defendiéndose desde sus páginas la igualdad de derechos entre sexos, y publicándose artículos dedicados a la enseñanza y el trabajo de las mujeres. Fue asimismo ilustrada, con fotografías de actualidad y grabados. Entre sus colaboradoras se encuentran Dolors Monserdà, Agnès Armengol de Badia, Maria Domenech de Canyelles e Isabel Serra. Ambas publicaciones dejaron de editarse, probablemente, por falta de abastecimiento de papel durante la primera guerra mundial, ante la que Matheu fue un aliadófilo convencido. Mientras que éste volverá más tarde a publicar una nueva revista -Catalana-, Feminal tuvo una reaparición breve en 1925 como portavoz de la asociación Acción Femenina. La ilustració… ha sido estudiada, entre otros, por Joan Torrent y Rafael Tasis, Lluis Bertran i Pijoan, Maria Martí Barget y Juan Miguel Sánchez Vigil.