Revista considerada como la primera plataforma cinematográfica de la izquierda marxista española, fundada y dirigida desde París por uno de los más extraordinarios críticos y ensayistas cinematográficos españoles, portavoz del cine soviético y revolucionario e impulsor de los cine-clubes proletarios españoles, Juan Piqueras (1904-1936). Esta Publicación hay que situarla en el marco político y social de la II República española –y sobre todo en su bienio negro- para poder entender su nacimiento y significación, pues representó una “autoridad” sobre los sectores, principalmente juveniles, preocupados por el cine de contenidos sociales, a juicio de Carlos y David Pérez Merinero, que en 1975 publicaron una antología y estudio de la misma bajo el título Del cinema como arma de clase. Calificada como la mejor revista de teoría y crítica cinematográfica de la época republicana y de inequívoca filiación antiburguesa, proletaria y comunista, su primer número aparece en junio de 1932 y, en su primera etapa, publica trece entregas, hasta octubre de 1933, impresas en Barcelona. Reaparece en enero de 1935, indicando “segunda época”, publicando cuatro números, hasta agosto de este año, siendo impresos en Madrid y Sevilla. Siendo mensual, publicará varios números bimensuales. Su colección en la Biblioteca Nacional de España está incompleta.
Piqueras había sido ya corresponsal de Popular film (1926-1937), colaborador del diario El Sol (1917-1939) y el último que se había ocupado de la sección de cine en La gaceta literaria (1927-1932); era amigo de Rafael Alberti, Federico García Lorca o Luis Buñuel, entre otros miembros de la Generación del 27, y estando de corresponsal cinematográfico en París de varios diarios y publicaciones especializadas, al tiempo que seleccionador de material para la distribuidora española Proa Filmófono, editará esta revista, como la “primera publicación que ha reconocido un valor social al cinema y la única que estudia, comenta, analiza y exalta sus posibilidades creadoras”, se dirá de ella; que informará sobre los nuevos filmes, los problemas actuales del cinema, la intervención política y financiera en su producción, sobre el cine social o el soviético, y será ajena a los gabinetes de publicidad de las productoras cinematográficas. En la revista, el cine será considerado como un fenómeno educador de las masas y se defenderá, desde el punto de vista artístico, el naturalismo como expresión última del realismo socialista (Iván Tubau: 1983). Su subtítulo, “cuadernos internacionales de valorización cinematográfica”, será modificado, en el número 13, por: “cuadernos internacionales de defensa del cine proletario”.
Para Piqueras, el cine social y proletario había nacido con S.M. Eisenstein, W. Pudowkin o Alejandro Room, y se había prolongado con el de Alejandro Dowjenko, Nicolay Ek o Oturin, y junto al también escritor comunista César Muñoz Arconada y Antonio del Amo Algara, marcará la línea proletaria, más a la izquierda y pro-soviética de la revista. Este último acusará a Popular film (julio de 1933) de haber publicado una semblanza panegírica del Ministerio de Propaganda nazi y de Goebbels, aparecida en un artículo de su corresponsal en Berlín (Santiago Laporta). También será fundada la Asociación de Amigos de Nuestro Cinema, para salvarla de sus dificultades económicas, de la censura y el boicot a su distribución, en la que también participan Sánchez Bustillo (secretario), Rafael Alberti, Joaquín Arderius, Alfredo Cabello, Antonio Olivares, Emilio Prados, José Plá y Beltrán, Josep Renau, José Castellón Díaz, Irene Falcón, María Teresa León o Ramón J. Sender, entre otros. Asimismo, organizará el Cineclub Studio Nuestro Cinema, donde se proyectarán películas como el documental Las Hurdes (1932), de Buñuel, e impulsará la Federación Española de Cineclubs Proletarios. En su segunda época, Antonio del Amo asumirá la dirección nacional de la revista en Madrid, y en Sevilla será su administrador general J. Fuentes Calderas.
En las páginas de la revisa –en contra de lo que sucedía en las demás publicaciones cinematográficas- no va haber sitio para la glorificación del firmamento estelar hollywodiense, ni por supuesto del estrellato español, tal como advierte Aranzubia Cob (2003). Es por ello, que las fotografías insertadas en las portadas de la revista serán ocupadas por escenas, directores o actores de filmes soviéticos o de documentales del tercer mundo. También insertará caricaturas de dibujantes españoles y extranjeros.
Como revista que intelectualiza el fenómeno cinematográfico, desde una posición artístico-política y marxista, publica textos teóricos y críticos, comentarios a películas bajo criterios ideológicos, encuestas y entrevistas. Tiene secciones como Editoriales, Problemas actuales, El cinema soviético, Los nuevos films (de España, Francia, Alemania, Estados Unidos, Austria, Italia, Inglaterra, URSS, China, México, Polonia, Argentina, Suecia, Holanda o Inglaterra), Noticias y comentarios en montaje, El cinema en la guerra, Opiniones en zig-zag, Historiografía (en donde Piqueras lleva a cabo la primera aproximación histórica crítica de la cinematografía española y mundial, desde sus inicios) o Bibliografía y revistas del cinema.
Así, en su sección Encuesta se recogerán las declaraciones sobre el cine de Luis Gómez de Mesa, Rafael Gil, Manuel Villegas López, Augusto Isern, J.G. de Ubieta, Alfredo Antonino, Alfredo Cabello, J. Castellón Díaz, J. González, A. Hurtado de Mendoza, Fernando G. Mantilla, Juan M. Plaza, Alfredo Marqueríe, Ramón Suárez Picallo, Felipe Gil, Pedro Sánchez Diana, A. Casinos Guillén, R. Marinello Roca, J. Gómez Ibáñez, V. María García Arenal, Carlos P. Llopart, Luis M. Serrano, S. Gómez Gutiérrez, Manuel Picando, L. Bau-Bonaplata, M. Villalta Faura, Benjamín Jarnés, Francisco Ayala, Antonio Espina, Federico García Lorca o Ramón J. Sender.
Además de Piqueras, que firmará muchos de sus editoriales y críticas a las películas, y de los ya citados Arconada y Del Amo, en Nuestro cinema aparecen textos firmados por Rafael Gil, Luis Gómez Mesa, Samuel Ros, René Clair, I. Anissinov, Léon Moussinac, Georges Méliès, Alfredo Serrano, Carlos Serrano de Osma, Manuel Villegas López, Henri Menahem, Josep Renau, Ramón J. Sender, Joris Ivens, Ángel Rosenblat, Antonio Blanca, A.V. Lunatcharsky, S.M. Eisenstein, José Luis Velázquez, José Castellón Díaz, Antonio Olivares, Juan M. Plaza, Kurt Keresten, Luisa Lacoley, G. Liss, Julián Antonio Ramírez, Aniceto Fernández Armayor, Agustín Aragón Leiva, A. Kraszna Krausz, Augusto Ysern, E. Arnoldi o Tony Román.
Sobre la muerte de Piqueras, que también escribirá en las publicaciones comunistas Mundo obrero (1930) y Octubre (1933-1934) y en la también izquierdista Nueva cultura (1935-1937), existen dos versiones. Según Gubern, fue ejecutado por los fascistas y, según Vizcaíno Casas, falleció a consecuencia de una peritonitis (Caparrós Lera: 1981). Además de las referencias ya expresadas, Juan Manuel Llopis es autor de dos volúmenes sobre Piqueras, editados por la Filmoteca de la Generalitat Valenciana en 1988. Otras referencias se encuentran en Egido León (1988) Hernández Eguíluz (1994-1995), Goberna (2001), Ramos Ortega (2002), Gonzalo Santoja (2004) o Lisa Jarvinen (2012).