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El Trovador del Ebro

Revistas femeninas
Revista femenina, de modas y literatura, con el subtítulo “semanario dedicado al bello sexo”, que salía cada jueves, en plena revolución septembrina, pero que tuvo corta vida, como las más de las publicaciones locales de este género, tirando sólo 23 entregas, desde el ocho de julio al quince diciembre de 1869, en un pliego en 4º marquilla, con ocho páginas cada una, compuestas a dos columnas y sobre un papel satinado. Regalaba a sus “suscriptoras” mensualmente pliegos de bordados y figurines y algunas piezas de música para piano, como era propio en este tipo de publicaciones de la época. Su propietario fue el escritor Juan Cervera Bachiller, que es autor también de parte de sus contenidos y la mandó estampar, primero, en la Imprenta de Manuel Ventura y, después en la Tipografía de Calisto Ariño. Castán Palomar (1924) recogió la referencia de que fue “una de las revistas de mayor éxito en su época”, siendo la primera de este carácter publicada en la capital zaragozana. En su primer número agradecerá al diario liberal-progresista El Grito aragonés (1868-1870), que le hubiera facilitado sus “elegantes oficinas”, mientras encontraba local adecuado para establecer su redacción. Destaca bajo la cabecera de esta publicación una larga nómina de redactores y colaboradores, correspondiendo un tercio a escritoras y periodistas de la prensa española, como Ángela Grassi, Carolina Coronado, Concepción Arenal, Faustina Sáez del Melgar, Gertrudis Gómez de Avellaneda, María del Pilar Sinués de Marco, Emilia Álvarez de Mijares o Fernán Caballero, entre otras, como fue la entonces joven turolense María Concepción Gimeno (de Flaquer), que inició aquí su trayectoria periodística con un artículo titulado A los impugnadores del bello sexo (número 18); así como periodistas y escritores también de renombre nacional, como Eusebio Blasco, Ramón de Campoamor, Nemesio Fernández Cuesta, Carlos Frontaura, Juan Eugenio Hartzenbusch o Julio Nombela. En su artículo de presentación indicará que “modestos escritores sin pretensión de ninguna clase, pero entusiastas admiradores de la mujer, que es el ángel bienhechor de la familia”, dedicaban su “pobre talento” a “cantar las virtudes y celebrar las gracias de la mujer, de ese ser tan débil como benéfico y adorable”. Aparecen publicadas en sus páginas biografías o historias de mujeres célebres, textos de carácter instructivo o didáctico, así como literario o sobre música, junto a otros en verso o relatos y crónicas de salones y teatros. Tiene una sección de Revista de modas, que data en París Adelina Eugenie de Belleville, y otras de Charadas y Geroglíficos (con algunos pequeños grabados). Referencias para este título y la prensa de esta localidad es la tesis doctoral de Begoña Gimeno Arlanzón (2010), el Repertorio de publicaciones periódicas zaragozanas, de 1998, la Historia del periodismo en Aragón, de 1980, o los trabajos de Fernández Clemente, de 1979 y 1985, entre otras.