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La Ilustración de España

Cultura
En la segunda mitad del siglo XIX es difícil distinguir entre tantas publicaciones como llevan el título ‘ilustración’ en su cabecera. Casi todas ellas hacían alarde de sus ilustraciones, es decir, de sus imágenes, grabados en los que se representaban retratos, monumentos, escenas costumbristas, caricaturas… y que fueron sirviendo cada vez más para ilustrar la información de actualidad. Pero no es el caso de la publicación que lleva por título La Ilustración de España, nacida el 8 de junio de 1884, al menos en su primera etapa. De ocho páginas y periodicidad mensual en un primer momento, utilizaba el término en su acepción de educación y se declaraba “consagrado a la defensa de los intereses del magisterio español”. Asimismo decía tener por colaboradores a “todos los señores profesores y profesoras de 1º enseñanza de España, Cuba, Puerto Rico y Filipinas”. Su fundador, propietario y director era Saturnino Calleja, fundador de la editorial más popular de la época y uno de los líderes de los maestros españoles a través de la Asociación Nacional del Magisterio Español, creada por él también. En su primer número, La Ilustración de España decía no tener color político y estar dedicada a los maestros de España y contribuir al desenvolvimiento de la instrucción y educación. En sus páginas puede encontrarse todo tipo de información relacionada con los intereses de la profesión: ley de instrucción pública, oposiciones, sueldos, jubilaciones, vacaciones, situación de las escuelas, asociacionismo… En las últimas páginas del periódico, Calleja aprovechaba para hacer publicidad de las obras de su editorial. La orientación del periódico cambió a partir de enero de 1886, cuando pasó a ser una ‘Ilustración’ como las otras, con amplios grabados en la portada, en páginas centrales y en la contraportada. La razón de este cambio, según había explicado el periódico en el número 34 de 6 de noviembre de 1885, se debía a los ataques que estaba recibiendo en centros oficiales, lo que tenía que ver con la venta de libros para las escuelas y la competencia en este mercado, aunque no se aclara mucho más. Es muy probable que sus competidores vieran a la editorial de Saturnino Calleja adquirir una situación de predominio gracias al periódico y a la asociación de maestros que promovía, aunque él mismo negaba que tuviera intención de presentarse como diputado a Cortes para representar a la profesión. A partir de 1886, pues, La Ilustración de España saldrá cuatro veces al mes en lugar de tres y dejará de ocuparse de los asuntos internos del magisterio, que pasarían según lo anunciado a un Boletín de la Ilustración de reparto gratuito. En esta nueva etapa, la publicación llevaba por subtítulo ‘Periódico ilustrado de Literatura, Ciencia y Artes’ y abrió su primer número con un retrato del recién fallecido rey Alfonso XII. En números sucesivos, el grabado de portada sería dedicado a grandes personajes españoles de distintos campos de la cultura, así como de la política y el ejército. El último número es el 48 de 22 de diciembre de 1887, cuando se anunció que a partir de enero próximo la propiedad del periódico se traspasaba a la empresa editorial de la señora viuda de Rodríguez, con más de 30 años de experiencia. El motivo que se da para ello es “la gran extensión que de día en día han venido tomando las operaciones de la casa editorial de D. Saturnino Calleja, y la poca relación que este periódico guarda con el carácter de las obras a que dicha casa se dedica”. Al parecer se siguió publicando bajo la nueva propiedad como “periódico ilustrado de Literatura, Ciencias, Artes y Modas”, aunque esta nueva época no se encuentra en la colección de la Biblioteca Nacional de España. [Descripción modificada el 25/06/2019]