Un caso casi excepcional en la prensa española del periodo por su amplia paginación, de entre el medio centenar y casi el centenar de páginas. Aparece en Valencia el uno de julio de 1809, y con frecuencia quincenal, se conocen de él dieciocho entregas, correspondiendo la última al 15 de marzo de 1810. Fue impreso por Miguel Domingo, y sus redactores pudieron proceder del Mercurio histórico y político y Mercurio de España. Su carácter es noticioso y político, antinapoleónico, contrario a la abolición de la Inquisición y a la tolerancia religiosa, reaccionario y antiliberal. Comienza cada número con un discurso político, para a continuación publicar resúmenes y detalles de noticias, tanto extranjeras como de España, extractadas de periódicos y otros papeles, sobre el curso de la guerra y las operaciones y sucesos militares, para terminar con una “exhortación patriótica” y reales órdenes dictadas por el rey Fernando VII. Fue continuado por El observador moral, político y militar de la Corona de Aragón, que inicia nueva numeración en números de una docena de páginas y que cesó al poco de aparecer.