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Revista de estvdios hispánicos

Revista de estudios hispánicos
Cultura || Revistas de información general
Se publicó como portavoz de la Sociedad de Estudios Hispánicos que un grupo de catedráticos, estudiosos y escritores constituyó con el intento de formar un movimiento cultural cobijado bajo el patriarcado de Marcelino Menéndez y Pelayo (1856-1912), abanderando el concepto de “alma española” que éste polígrafo tenía, que era el de la tradición católica, según se expresa en su artículo de presentación. Publica su primer número en enero de 1935, y señala en dicha presentación que “en esta hora no hay trabajo sin lucha”, añadiendo que “nuestro enemigo es la Revolución, cuyo pensamiento es siempre antagónico a España”. Su director será el marqués de Lozoya, Juan de Contreras (1893-1978), siendo su secretario Miguel Herrero-García (1895-1961), y entre sus colaboradores contó con “numerosas personalidades que hoy ocupan destacadísimos puestos en el país”, señalará José Simón Díaz cuando publique, en 1947, los índices de esta publicación. La revista es financiada por la CEDA, en cuyo local central en Madrid estaban instaladas sus oficinas. Sus entregas fueron mensuales, en torno a las 128 páginas, con foliación continuada hasta formar tomos semestrales, y entre las firmas de sus artículos y textos aparecen, además de las del marqués de Lozoya y Herrero-García (que lleva a cabo crítica bibliográfica y de revistas), las de Roberto Levillier, Eugenio D’Ors (autor de Epos de los destinos), Huberto Pérez de la Ossa (hace crítica teatral), Felipe de Peñalosa y Francisco de Cáceres (sobre arte), José Cádiz (música), Manuel Ballesteros Gaibrois (sobre hispanoamericanismo), Severino Aznar, Vicente de Pereda, Luis de Torres-Quevedo, Jesús Pabón, Joaquín de Entrambasaguas, José Ibáñez Martín, Ángel González Palencia, Eduardo Torroja, Julio Palacios, José Bueno Monreal, Luciano de la Calzada, Blanca de los Ríos, Luis Escobar o los religiosos Julián Zarco Cuevas, Félix García y Justo Pérez de Urbel, entre otros. Como colaboradores extranjeros, publican los hispanistas alemanes Ludwig Pfandl, Adalbert Hämel y Edmund Scharamm; el francés Sèbastien J. Bijón, el portugués Gustavo de Freitas o el inglés Alexandre A. Parker, entre otros. Inserta artículos doctrinales y políticos, con temas recurrentes como el religioso, el nacionalismo vasco o lo que denominan “apostasía” de los intelectuales, así como estudios científicos, filosóficos y sociológicos y algunos literarios. Cuenta con secciones fijas bajos los epígrafes: Los trabajos y los días, que contiene las subsecciones Tribunas, Teatro, Libros, Arte y Conciertos; Biblioteca nova, en la que D’Ors incluye su estudio sobre Goya, y Diccionario de autoridades, en la que Herrero-García selecciona pensamientos de autores españoles y extranjeros; El jardín de las Hespérides, con notas sobre historia y actividades de las principales instituciones culturales regionales; De orbe hispánico; con comentarios y noticias sobre libros y asuntos americanos firmados por Ballesteros; o Atalaya del Welgeist, con comunicaciones o crónicas de corresponsales extranjeros. En Tribunas da cuenta de extractos y textos completos de conferencias y discursos. La entrega de agosto es un extraordinario dedicado al tricentenario de la muerte de Lope de Vega, en el que inserta una serie de ilustraciones. El 14 es el último número de la colección de esta revista en la Biblioteca Nacional de España, que corresponde a febrero de 1936.