Este periódico, que tuvo una vida efímera y apenas ha dejado rastro en la historia del periodismo español, tiene cierta importancia en la historia de la literatura debido a su adhesión al movimiento romántico, tendencia que abrazaría plenamente un año después la revista El Artista.
En El Siglo, en cuyas páginas no obstante prevalecía la opinión e información política, colaboraron autores románticos como José de Espronceda, Ros Olano, Nicomedes Pastor o Ventura de la Vega. Los poemas no van firmados, pero en la colección de la BNE puede verse los nombres de algunos de sus autores señalados a lápiz, como los de Espronceda o el duque de Frías, el de este último en el primer número del periódico.
La publicación arrancó en enero de 1834 con un prospecto saliendo dos veces por semana con cuatro páginas por número. Llegó a editar 14 números siendo el último el correspondiente al 7 de marzo.
El Siglo mostró desde el principio su total apoyo a la reina gobernadora, María Cristina, regente del reino hasta la mayoría de edad de su hija Isabel II. Defendía por tanto las ideas liberales que estaban siendo ya combatidas con las armas por los carlistas, los partidarios de don Carlos, hermano del recién fallecido Fernando VII. Coincidiendo con la salida del periódico había accedido a la presidencia del Consejo de Ministros el poeta y dramaturgo Francisco Martínez de la Rosa.
El propósito informativo de El Siglo, teniendo en cuenta las restricciones a la libertad de prensa existentes, queda explícito en el prospecto: ‘Estractaremos las principales noticias de los periódicos extranjeros, y del Reyno. Insertaremos los reales decretos, órdenes, nombramientos de empleados de consideración, y las providencias trascendentales de las autoridades superiores así de Madrid, como de las provincias. Noticias biográficas de hombres célebres, anécdotas interesantes, viajes y descubrimientos científicos, costumbres nacionales y extranjeras, teatros, modas, todo se pondrá en contribución para amenizarle’.
Estas tan loables intenciones fueron abortadas de golpe cuando El Siglo comenzó a apostar por un liberalismo más progresista y no tan limitado como le permitía el Gobierno. El último número del periódico es todo un símbolo de la censura de prensa de aquellos años. Salió con grandes espacios en blanco, todo lo que había sido suprimido por el censor, pero con la particularidad de que se dejaron los epígrafes que anunciaban el contenido. Así, en portada se podía leer ‘De la Amnistía’ y toda la columna en blanco, y ‘Política Interior’, e igualmente en blanco todo el espacio.
El periódico sí puso en su portada el nombre del censor que había prohibido el contenido, algo que no gustó al Gobierno y que acabó con el periódico, que ya no editó más números. Dos días después, Mariano José de Larra dedicó un artículo-homenaje en la Revista Española al colega desaparecido con el título ‘El siglo en blanco’.
[Descripción publicada el 7/09/2023]