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Fénix (Madrid. 1935)

Literatura
Se autodenomina “revista del tricentenario de Lope de Vega, 1635-1935”, y codirigida por el profesor del Instituto-Escuela Miguel Herrero-García (1895-1961) y el recién nombrado catedrático de Lengua y Literatura de la Universidad de Murcia, el filólogo Joaquín de Entrambasaguas (1904-1995), se convertirá en una “de las escasas iniciativas oficiales que pueden considerarse exitosas” de esta conmemoración (García Ruiz: 2016), pues estuvo financiada, además de por las suscripciones, por una subvención de la Junta Nacional del Tricentenario. Aparecen un total de seis entregas bimestrales, desde febrero a diciembre de 1935, que, con paginación continuada, suman 773 páginas, y excepto la primera, llevan una misma cubierta, con el retrato del denominado “Fénix de los ingenios” de las letras españolas. Cada uno de sus números está dividido en dos partes. El primero empieza con un breve editorial y está integrado por artículos o ensayos eruditos –que alcanzarán la veintena–, y la segunda por información detallada sobre los actos, actividades y ediciones que se desarrollaron o aparecieron para la conmemoración, llegando a ser considerada como la “más completa” de la que se dispone para conocerlos. En esta segunda parte informativa, se publica una Crónica del tricentenario, firmada con el seudónimo Burguillos (en referencia a las Rimas de Tomé de Burguillos, la última obra de Lope), se da cuenta de las Publicaciones lopistas que aparecen, de lo que publica la prensa sobre la aparición de la propia revista o de lo que publica la extranjera sobre la conmemoración, o las actividades que se desarrollan sobre la misma en Madrid o provincias. De tal forma que se escribe sobre el carácter oficial del tricentenario, el programa de la Sociedad de Autores sobre el mismo, la edición de sellos de Lope, la de La Dragontea, por el Museo Naval, los ciclos de conferencias programados por la Junta Central de Acción Católica o Acción Española, o las representaciones de sus comedias, como la de Peribáñez y el Comendador de Ocaña, siendo el gran acto oficial del tricentenario el montaje de La dama boba, en versión de García Lorca, en la Chopera del Retiro, por la compañía Xirgu-Borrás (27 de agosto), que pasó después al Teatro Español. Según se señala en su primer editorial, el tricentenario de la muerte de Lope llamaba “a España a una conmemoración nacional”, en la que los cultivadores de las letras debían sentir “un apremio patriótico”. El plan de la revista para sus artífices era “historiar todo el desarrollo del centenario de Lope y reseñar cuantos actos se realicen en su honor”, pero también “presentar aspectos monográficos de la vida y la obra del Fénix, ilustrar las costumbres e instituciones de su época, reproducir textos inéditos o raros de su inmensa producción, así como retratos y autógrafos del poeta y portadas de sus libros”, en donde colaborarían “eminentes investigadores de España y del extranjero”. El siguiente editorial definirá a Lope como “viva encarnación de la patria”, y en el del número tres reproduce el artículo que el diario madrileño Ya había escrito sobre la propia revista, de la que señala –erróneamente– que había quedado “fuera de todo apoyo oficial”, y que se debía “al solo esfuerzo de dos lopistas entusiastas”, a los que califica de “eruditos de alta vocación”. Y respecto a lo que había publicado hasta el momento, lo define como un empeño de “investigación y popularización” de la obra de Lope, una “rebusca en ella de lo que significaba enraizamiento con la cultura tradicional y nacional”. Aunque Fénix llevaba el subtítulo de “revista del tricentenario”, éste acontecimiento no fue ajeno a las demás revistas o a la misma prensa diaria de la época. Tanto Acción española como la falangista Haz “llevaron a cabo una auténtica manipulación de la figura de Lope durante el tricentenario”, y la primera pretendió ver “sus reaccionarios ideales de una España esencial e indiscutiblemente monárquica, católica, imperial y antidemocrática” (García Ruiz: 2010 y 2016 y Rodríguez-Solás: 2014). Para el citado García Ruiz (2016), Fénix supuso “un esfuerzo notable y un resultado digno, de marcado carácter literario, llevado a cabo desde una orientación tradicionalista, patriótica y conservadora, pero inofensiva desde el punto de vista político”. Fue destinada a la “glorificación académica” del escritor homenajeado, a cargo de jóvenes eruditos, celosos rebuscadores”, que publican sus ensayos histórico literarios, filológicos o documentales sobre Lope. Rafael Osuna (1986) que la califica también de “erudita”, señala que estuvo “elaborada –con algunas excepciones de rigor– por la más mediocre erudición lopesca del momento” , pretendiendo “dar una visión conservadora del monstruo de nuestro teatro”, lo que “ayuda a comprender la toma de partido que mostraba ya la erudición española”. Además de García-Herrero y Entrambasaguas, Dámaso Alonso (que firma el artículo titulado Lope en Antequera), José María Cossío, Narciso Alonso Cortés o María Goyri de Menéndez-Pidal publican trabajos de índole filológica en sus páginas, “sin contaminación política alguna”. Algunos de los artículos de los trabajos de los dos primeros serán La fauna en Lope de Vega, Poesías de Lope de Vega en un Romancero de 1605, La España que recorrió Lope de Vega (firmado por Entrambasaguas y Jaime García Cruz), Elegía de Lope de Vega en la muerte de Jerónimo Villaizán o La monarquía teorética de Lope de Vega (firmado este por Herrero-García). Algunos de tales estudios se publican en serie. Cuando en la entrega seis se despidan, Herrero-García y Entrambasaguas agradecen la “valiosa colaboración” que generosamente les habrían brindado “casi todos lo calificados lopistas de España”, recordando también la “valiosa” subvención que habían recibido por parte de la Junta del Tricentenario, y advirtiendo que les quedaba “material” para haber triplicado el volumen de la revista. Fue editada por la Librería de Enrique Nieto, y hay que señalar, que salvo algún dibujo, sus páginas carecieron de ilustración alguna.