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Correo de Valencia (Valencia. 1797)

Periódicos anteriores a 1850
Aun cuando el decreto del 24 de febrero de 1791 de Carlos IV prohíbe todos los periódicos –excepto los oficiales, como la Gazeta de Madrid (1661)-, en la última década del siglo XVIII van a emerger una serie de publicaciones periódicas, especialmente en aquéllas ciudades que habían alcanzado un alto grado de desarrollo comercial –en el decir del hispanista Lucienne Domergue-, como este Correo de Valencia, cuyo primer número aparece el dos de junio de 1797, de carácter “erudito, instructivo, útil y sabio”, como señala Ricard Blasco (1983), pero “con los mismos defectos que criticaron tiempo antes” sus artífices al Diario de Valencia (1790), en un momento en el que este salía con cuatro páginas y su competidor lo hará en entregas de ocho (a veces de seis), los lunes y viernes de cada semana (Tramoyeres i Blasco: 1881 y 1890). Todos estos diarios, correos o semanarios de esta época tendrán un ejemplo a seguir en la capital de la monarquía: Diario de Madrid (1788), de Francisco Mariano Nipho, pues a pesar de que Floridablanca había prohibido en 1789, 1790 y 1793 la introducción de publicaciones francesas para atajar el peligro de contagio de la Revolución, el decreto 1791 dejaba el resquicio del “privilegio” real para publicar periódicos, pero “sin que puedan poner versos, ni otras especies políticas de cualquier clase” (Gómez Aparicio: 1967). La solicitud para publicar Correo de Valencia es de fecha 29 de abril de 1797, firmada por su redactor y propietario, Alejandro de León y Luna (Aguilar Piñal: 1978), y su número 4, del lunes, 12 de junio de ese año, es el único de la colección de la Biblioteca Nacional de España, siendo la más completa la de la Universidad de Valencia. Esta está formada por los tomos III (julio-diciembre de 1798 y páginas 419-840) y IV y V (enero-junio -páginas 3-402- y julio-diciembre de 1799 –páginas 403-760-, respectivamente), pues su foliación es continuada y se reinicia cada año, e integran los números 114 a 262. Cada uno (excepto el V) incluye al final “un índice de los asuntos que trata cada tomo”. Esta colección fue microfilmada y puede ser consultada también en la BNE. Además de estos números, se conocen del 5 a 19, que van del 16 de junio al cuatro de agosto de 1797. Fue impreso “con licencia” por Miguel Estevan Cervera, que tenía su establecimiento junto al Hospital de pobres Estudiantes, y que en 1798 lo trasladará a la “Baxada de S. Francisco, frente a la calle del Mesón del Caballo”. Sobre su cabecera estampa el grabado de una viñeta en la que aparece un heraldo en su cabalgadura a las puertas de la ciudad amurallada de Valencia. Siguiendo el canon del periodismo de la época, Correo de Valencia es compuesto a una columna –en 4º-, con textos en prosa y verso, donde resaltan sus importantes artículos y estudios de historia local y del Reino de Valencia, así como los de ciencias físicas y naturales, de mitología, literatura o educación, entre otras materias y asuntos, muchos de ellos por entregas, así como epigramas o anécdotas, correspondencia, y noticias locales, de España y del extranjero. En cuanto al periodo en publicación de este título, la Gazeta de Madrid, de 13 de agosto de 1805 (página 698), da la noticia de que fue continuado en 1804 bajo la cabecera Postillón, por Nicolás Pérez Jiménez, conocido como el Setabiense -nació en Xátiva-, y destacado editor de otros títulos durante la década siguiente en la ciudad de Sevilla, en donde fue propietario de una imprenta. Algunos autores indican por error que Correo de Valencia fue diario, como Laguna Platero (2001) y Sempere Vilaplana (2002). Otra bibliografía de referencia para esta cabecera es la obra sobre la historia de la imprenta en Valencia de José Enrique Serrano Morales (1898 y 2000). Con el mismo título Correo de Valencia también se edita otro periódico en Valencia entre 1810 y 1811, que asimismo puede ser consultado en la BNE.