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Diario de los literatos de España

Literatura
Considerado el primer periódico importante de España, dejando aparte la Gaceta de Madrid, se ocupó de dar información del movimiento cultural europeo, extractando libros de las más diversas materias, así como sobre todo de las obras de autores españoles, sirviendo de marco al inicio de la polémica entre el nuevo gusto neoclásico del siglo XVIII contra el barroquismo del siglo anterior. Siguiendo el modelo del parisino Journal de Savants, la publicación, de periodicidad trimestral, se proponía elevar el nivel literario de los escritores españoles y dar a conocer sus obras científicas, filosóficas y literarias, aunque de éstas últimas propiamente dichas se ocupó en menor proporción. Hay que tener presente que entonces lo literario incluía todo tipo de producciones: científicas, históricas, filosóficas, teológicas, etc. Tres sacerdotes académicos de la Historia son los fundadores de este periódico: Juan Martínez Salafranca, Leopoldo Gerónimo Puig y Francisco Javier de la Huerta. El primero de ellos ya había editado el año anterior Memorias eruditas, en las que daba información bibliográfica de periódicos franceses. La gestación del Diario de los Literatos de España nació en la Academia de la Historia y su protector oculto fue el bibliotecario real Blas Antonio de Nasarre, ya que en la Biblioteca Real tenían su sede tanto la Academia como el periódico. El primer número, dedicado a Felipe V, contiene este resumen de sus propósitos: ‘Contendrá este diario los extractos de los libros de España que van saliendo al público de tres en tres meses, y por quanto no todos los trimestres avrá libros suficientes para llenar un volumen como éste, se irán entremetiendo extractos por su orden de los que salieron desde el principio del Reynado de nuestro Monarca PHILIPO V. ( que Dios guarde) y concluidos estos, se pondrán en su lugar extractos de los mejores libros extrangeros; pero en todo tiempo se pondrán las noticias literarias de todos los reynos literatos: para cuyo efecto ay correspondencia establecida con personas sabias y poderosas, que facilitará la comunicación y la puntualidad’. No ocultaban tampoco sus autores su propósito de combatir lo que calificaban como defectos nacionales, en los que incluían el espíritu caballeresco, las obras de pura diversión y las costumbres amatorias aprendidas de la literatura novelesca de siglos anteriores. En el segundo número se puede leer la crítica de los ‘Orígenes de la Lengua española’, obra de Gregorio Mayans, primer biógrafo de Cervantes. Mayans protagonizó precisamente más adelante en este periódico una polémica importante al defender el Quijote de Cervantes contra el apócrifo de Avellaneda, cuya pretendida superioridad era defendida por Nasarre y Salafranca, los fundadores de la publicación. En el tomo IV, se publicó una amplia recensión de la Poética de Ignacio Luzán, libro de actualidad que marcaba un punto de inflexión en las corrientes literarias de la época. Se produce aquí la primera batalla entre el nuevo gusto neoclásico y el tradicional. Aunque el periódico censura la rigidez de las tres unidades para el teatro propuestas por Luzán, está de acuerdo con la nueva orientación poética que servirá para desterrar los abusos anteriores. La BNE sólo tiene los tomos correspondientes al año 1737 y los de1738, salvo el del último trimestre, del Diario de los Literatos de España que, no obstante, se prolongó hasta el año 1742. Un estudio de esta importante publicación, así como de otras de la misma época, puede hallarse en el libro de Francisco Aguilar Piñal: La Prensa española en el siglo XVIII. Diarios, revistas y pronósticos (Madrid. CSIC, 1978). [Descripción publicada el 17/08/2022]