Con este título tan curioso y el subtítulo de Periódico de Agricultura comenzó a editarse esta publicación en 1845 en Valladolid. Salía cada diez días con ocho páginas y es prueba de la pujanza que en la ciudad castellana tenía el sector agrario y ganadero, así como el comercial.
Más o menos por la misma época se publicaban en Valladolid El Eco del Comercio (1835-1836), El Mostrador (1842), Boletín de Anuncios (1842) y El Correo de Valladolid (1844-1845), lo que da una idea del poderío económico de la ciudad que en el siglo XVI había desempeñado en muchas ocasiones el papel de capital de España.
La Biblioteca Nacional de España solo posee tres números correlativos de esta publicación, el primero de ellos el número 12 con fecha de 10 de diciembre. El Adivino declaraba estar bajo la protección del jefe superior de la Provincia, señal de la importancia que se daba a todo lo concerniente a la agricultura en una región eminentemente cerealista. Precisamente, en el primer número que posee la BNE los editores recuerdan esta protección y se quejan de lo mucho que les cobra el Administrador de Correos.
En el mismo número se puede leer un artículo muy interesante sobre la patata que comienza así: ‘Las patatas forman en todas partes el principal alimento de las clases pobres, y aun en muchas épocas las mantienen exclusivamente. Pero, aunque esta es su principal utilidad, sin embargo, no es la única; sus aplicaciones son numerosísimas’. El artículo sigue diciendo que de ellas se extrae aguardiente y aceite y se usan para hacer papel, e incluso que las flores sirven para teñir las telas de color amarillo.
El periódico dedicaba su contenido a productos, labores del campo, lucha contra las plagas, abonos, cuidado del utillaje y de los edificios rurales y otras cuestiones relacionadas con la agricultura. La temática cambiaba en las dos últimas páginas, en las que encontramos algún artículo histórico, anuncios y sobre todo bibliografía.
La bibliografía que contiene este periódico es útil no solo para conocer los libros que se publicaban en la época sino también las publicaciones periódicas. Tanto de periódicos como de libros se da una información pormenorizada.
No parece que El Adivino se prolongara mucho más allá de 1845, dado el poco rastro que ha dejado en la prensa local de Valladolid. Las publicaciones periódicas de la época solían ser muy efímeras y se sucedían unas a otras, muchas veces con el mismo editor y personal.
[Descripción publicada el 10/08/2023]