El 22 de mayo de 1976 aparece en Barcelona y con difusión nacional la revista que, con el atrevido eslogan “nos atrevemos con todo”, se convertirá en el más destacado icono del periodo transitorio abierto tras la muerte seis meses antes del dictador Francisco Franco, y que alcanzará al poco de salir una gran popularidad y las mayores tiradas conocidas en la historia de la prensa española de los últimos cuarenta años. Será la primera publicación que edite el recién constituido Grupo Zeta, S.A. -nombre que adopta del título de la película del franco-griego Costa Gavras que se proyectaba esos días en los cines españoles y era identificada con la lucha por la libertad-, para ofrecer todo lo que hasta ese momento había estado prohibido y perseguido por la dictadura: reportajes de investigación y denuncia; asuntos sociales como el divorcio, el aborto o las relaciones sexuales; política, con artículos y entrevistas a dirigentes de la oposición democrática aún en la clandestinidad; sucesos y temas de cariz sensacionalista, algunos no exentos de morbosidad; y reportajes fotográficos eróticos femeninos –a lo que se le denominó destape-, con una portada ocupada prácticamente siempre por el desnudo de una mujer, que será la seña de identidad más visible para un formato de magacín de información general al que no le faltarán tampoco las páginas de humor gráfico.
Exceptuando la dedicada en su sexto número a un retrato del entonces dirigente sindical clandestino Marcelino Camacho -también entrevistará al exiliado dirigente comunista español, Santiago Carrillo-, la foto erótica de una mujer no abandonará prácticamente nunca sus portadas, y tras la de Susana Estrada –una de las musas del destape de aquélla época- la de su entrega 16 -dos de septiembre- producirá una gran convulsión que catapulta a la revista a su gran éxito: el reportaje del desnudo de Pepa Flores –Marisol- realizado por el fotógrafo César Lucas, que, con el sugerente título El bello camino hacia la democracia, llegará a vender 350.000 ejemplares. Pero junto a este ingrediente –que fue rechazado pronto por el movimiento feminista-, sus páginas sumarán otros, como fueron las denuncias de delitos fiscales de jerarcas del régimen, y un extraordinario de noviembre de ese año 1976 será secuestrado por el primer gobierno de la monarquía presidido por Carlos Arias Navarro, para evitar la difusión de un reportaje sobre la fortuna acumulada por la familia del dictador, escrito por el aristócrata, escritor y cineasta José Luis de Villalonga (1920-2007). Las informaciones sobre los sucesos sangrientos protagonizados por los carlistas en Montejurra escritas por José María Portell (1933-1978) –que será el primer periodista asesinado por ETA-, o los reportajes sobre las tramas negras fascistas tras la matanza de los abogados laboralistas de la calle Atocha, de Madrid, en enero de 1977, hará subir como la espuma el éxito y prestigio de Interviú, y por el último tipo de reportajes llegará a ser condenado a cárcel su periodista Xavier Vinader (1947), hasta su indulto en 1984.
El Grupo Zeta y la revista Interviú nacieron con la lucha por la Democracia en España, cuando un entonces joven Antonio Asensio Pizarro (1947-2001), heredero de la empresa tipográfica de su padre, se asocia con sus amigos José Ilario, Jerónimo Terrés y Francisco Matosas en marzo de 1976. Asensio será el presidente e Ilario, director general de publicaciones. Después asumirá la vicepresidencia José Luis Erviti. El autor del logo fue Acacio Luis Friera Requena y el diseñador de la revista, Gregorio Salueña, a cuyo frente se situó como director Antonio Álvarez Solís (1929), aunque su dirección ejecutiva la asumirá pronto Darío Giménez de Cisneros. A la mezcolanza de contenidos y exclusivas periodísticas (reportajes de investigación, denuncia social, crónica política de la transición, erotismo -que no pornografía- y sensacionalismo) sumará la incorporación de destacadas firmas procedentes de distintos campos y también sensibilidades del periodismo. Desde su primer número, publicarán sus artículos y otros textos Manuel Martín Ferrand, José María Carandell, Josep Ramoneda, Manuel Vázquez Montalbán, Antonio Aradillas, José María Amilibia, Felipe Navarro (Yale), Luis Ignacio Parada, Josep Meliá, Julio Cebrián, Julio Camarero o Javier Nart. A los que después se suman, entre otras, las de Manuel Jiménez de Parga, Adolfo Marsillach, Emilio Romero, Luis del Olmo, Francisco Umbral, Amando de Miguel, Fernando Vizcaíno Casas, Encarna Sánchez, Jimmy Giménez Arnau, Juan José Millás o la del nobel Camilo José Cela.
Del humorismo gráfico se encargarán Carlos Romeu, Martín Morales, Tom, Kim o PGarcía, a los que después se sumarán Perich, Forges, Toni, Manuel Ferrer o Ramón Boldú. En su plantilla de fotógrafos se incorporan, además del citado César Lucas, Germán Gallego, Paco Elvira, Oriol Maspons o Colita (Isabel Steva Hernández), y después Fernando Abizanda, María España o Antonio Catalán. Muy pronto la revista también estableció una delegación en Madrid, corresponsalías en las principales regiones españolas y en destacadas capitales europeas y americanas.
Las entregas de sus primeros números estuvieron en torno a las 68 páginas, que después quedaron establecidas en poco más del centenar, manteniendo una fórmula propia que agrupa sus contenidos en cuatro campos: investigación, sociedad, erotismo y sucesos, a las que agrega las firmas de opinión y la política. De tal forma que en 1982 sus secciones eran Reportajes, Entrevistas, Firmas, Chicas, Humor, Denuncia, Sucesos y Curiosidades, y su contenidos políticos eran agrupados en un suplemento propio que, con el título Tiempo y dirigido por Julián Lago, acabará convirtiéndose en la revista política y de información general del Grupo Zeta, que en 1987 ya superará los 140.000 ejemplares semanales, sobrepasando por vez primera a Cambio 16.
Además de aparecer en las páginas de Interviú entrevistas al rey Juan Carlos o a los presidentes del Gobierno Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar o José Luis Rodríguez Zapatero, también ha publicado fotografías exclusivas, como las de la agonía de Franco, las de Salvador Dalí, las de un José María Ruiz-Mateos encarcelado en Alemania, las de los cadáveres de los marqueses del Urquijo, las del linchamiento de dos militares británicos por el IRA, las del que fuera director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, en calzoncillos en una fiesta sexual privada, o las privadas del propio Rey de España tomadas en Roma. Así como otras, entre las que se encuentra las comprometedoras y publicadas sin permiso de la protagonista, como las de María Jesús Llorente, pareja de Alfonso Guerra, Marta Chávarri o Judith Mascó, o las de Marta Sánchez de su número 788 (junio de 1991), que superó también el millón de ejemplares de venta, siendo la portada más cara pagada por Interviú, al recibir la cantante unos 45 millones de pesetas por su posado. Pero también ha publicado portadas con fotografías con los desnudos de la primera soldado y el primer policía españoles o las de la primera iraní. Y junto a ellas reportajes de denuncia, como los publicados a finales de la década de los setenta referentes a las fosas del franquismo o las del enterramiento clandestino de los cuerpos de republicanos españoles en el Valle de los Caídos, o el que, en 1981, daba cuenta ya del robo de niños en maternidades españolas, un trabajo de investigación de la periodista María Antonia Iglesias y el fotógrafo Germán Gallego.
Ha publicado exclusivas sobre ETA, los ultras y pederastas escondidos en Latinoamérica, la localización en París, en 2005, del espía Francisco Paesa, las imágenes de la operación militar en la Isla Perejil o las de los muertos en enfrentamientos con tropas españolas en Irak o en sus combates en Afganistán, a la vez que ha colocado en sus portadas las fotografías de iconos femeninos, como han sido las de Sara Montiel (número 227, con un millón de ejemplares), Lola Flores y sus hijas, Úrsula Andress, Bo Derek, Demi Moore, Rocío Jurado, Isabel Pantoja, Charo López, Victoria Abril, Victoria Vera, Maribel Verdú, Emma Suárez, Mar Flores, Elsa Pataky o Belén Esteban, hasta llegar a una portada masculina con Jesús Vázquez, en junio de 2010. El propio Asensio defendió en 1994 un producto editorial tan propio de una revista a la que no se le perdona su carácter sensacionalista por los escándalos que siempre ha aireado, indicando que “En España hay una prensa con fondo de prensa amarilla y forma parte de la prensa seria… Interviú es mucho más seria que otras publicaciones más serias”.
A lo largo de su historia, la revista que ha significado un hito en el periodismo español y ha sido el fundamento de la expansión de un grupo editorial que llegará a ser propietario de una decena de cabeceras de la prensa diaria y de medio centenar de títulos de revistas españolas, se han sucedido hasta una docena de prestigiosos periodistas en su dirección. A Álvarez Solís y Giménez de Cisneros le sucedió, en 1989, Eduardo Álvarez Puga (1930); en 1984, Pablo Sebastián (1947) asumió su dirección, que abandonará por su disconformidad con la consigna de Asensio de favorecer el voto afirmativo en el referéndum de la OTAN, por lo que fue reemplazado por Basilio Rogado. Entre 1988 y 1991 la dirige otro prestigioso periodista como Ignacio Fontes (1947), al que le suceden Francisco Mora, José Cavero y Agustín Valladolid. En 1999 asume la dirección Jesús Maraña (1961), y entre 2002 y 2004, Teresa Viejo (1954), que se convierte en la única mujer que la ha dirigido. A ella le suceden Manuel Cerdán (1954), y desde 2008, Alberto Pozas (1956). Entre sus colaboradores, reporteros de investigación, redactores y otros directivos, Interviú ha contado con Luis Otero, Pepe Calabuig, Enrique Yebes, José María Alegre, Luis Cantero, Raimundo Castro, Carlos Luis Álvarez (Cándido), Fermín Bocos, Fernando Poblet, Isabel Pisano (responsable de internacional), Alfredo Grimaldos, Mariano Sánchez Soler, Daniel Montero (especializado en casos de corrupción política y financiera) o Luis Redueles (autor de Una historia del 11-M que no va a gustar a nadie).
La revista que recuperó la historia ocultada por la dictadura, la más difundida y popular, referente fundamental no sólo de la Transición sino de la consolidación de la Democracia española, que rompió tabúes y se convirtió en un fenómeno de masas, ha mantenido su característico estilo editorial, combinación de reportajes de actualidad política y social, entrevistas y desnudos femeninos, una fórmula de erotismo gráfico y de periodismo de investigación de la corrupción. En 1978 alcanzaba una difusión media de 706.745 ejemplares semanales, algunas de sus entregas han superado el millón de copias, tiradas que fueron reduciéndose conforme el sistema constitucional se afianzaba y fueron apareciendo otras revistas políticas y de información general. Aún así, en 1989, su difusión media rondaba los 232.000 ejemplares, en 1993, los 167.191, cuando las de las revistas más “serias”, como Tiempo –también del Grupo Z- era de 161.899; Cambio 16, de 93.085, o Época, de 69.007. En 1998, Interviú tenía una difusión media de 234.000 ejemplares semanales. La revista ha editado también otros suplementos, como Sal y pimienta (1979-1984), a partir de 1998 el humorista ¡A las barricadas! y, desde 2005, Max Interviú. En 2009 asume la presidencia del Grupo Zeta Antonio Asensio Mosbah, hijo del fundador, que se había incorporado al Consejo de Administración en el año 2000, a la edad de diecinueve años.