Tras la caída de Tarragona en manos del ejército napoleónico en mayo de 1811, el impresor catalán Antonio Brussi se traslada a Mallorca, convertida en refugio tanto de serviles como liberales, y empieza a publicar este diario a partir del 6 de septiembre. Para ello se coaliga con otros refugiados catalanes, Antonio Pla y Baylina y, probablemente, con Juan Reyes, que pudieron actuar de redactores de un periódico que tendrá un aspecto muy parecido al Diario de Barcelona (1792), del que Brussi había sido su segundo impresor. Intervendría también en la responsabilidad de este periódico, Eulalia Ferrer, mujer del impresor.
Con frecuencia diaria, en números de cuatro páginas, la cabecera del periódico estará acompañada de un grabado con el escudo de Mallorca, y comenzará con el clásico santoral, al que se añade el culto religioso, y las notas meteorológicas y astronómicas. De carácter patriótico y fernandino, tendrá un signo más político que su competidor Diario de Mallorca, siendo crítico con quienes integran las juntas, y más polémico, de tal forma que, tras la proclamación de la Constitución, en marzo de 1812, se hará “más militante” y “agresivo”, y provocará una crisis entre Brussi y Pla, siendo impreso por Melchor Guash, y que finalizará con la intervención de la Junta de Censura, dándole la razón al primero. Será entonces cuando se publiquen más artículos propios y colaboren en sus páginas Pau Franch y el mariscal de Campo y marqués de Palacio, Luis de Villalba.
Publicará artículos de oficio, comunicados de las campañas militares, extractos de otros periódicos, noticias propias, en concreto, las “particulares” de Palma (barcos fondeados en el puerto, movimientos de correos, pérdidas, hallazgos, empleos de sirvientes, teatro, cotizaciones, avisos, etc.). Ofrecerá información de España, sus provincias, y del extranjero, tanto de Europa como de América. Y editará, asimismo, suplementos.
Con el regreso de Brussi a Cataluña, a partir del uno de noviembre de 1813, el diario pasará a ser impreso por Felip Guash.