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Diario de avisos (Santa Cruz de La Palma)

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Periódicos
El primer número del decano de la prensa de Canarias apareció el dos de julio de 1890, en Santa Cruz de La Palma, fundado y dirigido por el tipógrafo José Esteban Guerra Zerpa (1865-1926), que había heredado de su padre, el también tipógrafo Pedro Guerra Vallejo, fallecido en 1880, la histórica imprenta El Time, cuyo nombre había adoptado del título del primer periódico palmeño, publicado entre 1863 y 1873. En la mancheta del diario apareció estampado el escudo de armas de Canarias, que después sustituirá por el oficial de la isla de La Palma, aunque en ocasiones no aparezca ninguno. Según Régulo Pérez (1948), del 26 de junio al 24 de agosto de 1894, el diario lo dirigió Manuel A. Rodríguez Hernández, siendo sustituido por Pedro José de las Casas Pestana (1856-1927) a partir de entonces. El dos de diciembre de 1896, Guerra Zerpa tuvo que traspasar la propiedad del negocio a Manuel Santos Rodríguez Méndez (1875-1956), que a partir de entonces dará el nombre del diario al establecimiento: Imprenta Diario de Avisos. Sin poder soportar la pérdida de imprenta y periódico, Guerra Zerpa emigrará a América en 1897, habiéndole aportado al periódico el ideario liberal-republicano y regeneracionista, que también había heredado de su padre. Su colección (no completa) en la Biblioteca Nacional de España comienza el 22 de junio de 1899, con la secuencia año XII y número 2.091. En esa época lo dirigía Domingo Carmona Pérez (1854.1906) y era un diario de sólo dos páginas, compuestas a cuatro columnas, en cuya primera plana se ofrecen las noticias locales y generales, también del continente americano, así como comunicados, crónicas, comentarios y artículos de carácter político, que solía reproducir de otros periódicos; estando la segunda plana dedicada completamente a anuncios comerciales. Régulo Pérez (1948) tilda a este periódico como independiente e informativo, y aunque Galán Gamero (1994) indica que la estampación del escudo en su mancheta y los anuncios de instituciones le daba un carácter oficialista, el caso es que de la lectura de sus comentarios y artículos se desprende que su ideología era liberal avanzada. A Carmona Pérez, le sustituyó en la dirección, del diez de noviembre de 1899 al 31 de enero de 1901, Pedro Cuevas Pinto (1875-1957), y a éste, Luciano Díaz de las Casas, que lo dirigió hasta 1902, cuando su propietario, Manuel Santos Rodríguez, tome su dirección el cinco de enero de ese año, hasta el cinco de octubre de 1939, aunque en el intervalo entre el 28 de abril y el 28 de julio de 1909 lo dirigió Servando Acosta González (1873-1951). El veinte de mayo de 1939, las autoridades del nuevo régimen franquista ratificaron la continuidad del diario, pero ordenan también que la conservadora Acción social (1931-1939), órgano de Acción Popular, y Escuadras (1937-1939), que había nacido durante la guerra como órgano de FET y de las JONS, se refundieran con Diario de avisos (aunque el último citado desapareció), convirtiéndose éste en el órgano del Movimiento Nacional Sindicalista, y apareciendo en su mancheta el escudo del partido único de la dictadura, el yugo y las flechas de FET y de las JONS, sobre un mapa de la isla palmeña. Desde octubre de 1939 hasta 1971 será dirigido por Félix Poggio Lorenzo (1904-1971), que ya había sido redactor del diario entre 1930 y 1931 y redactor jefe, entre 1933 y 1934, y también redactor jefe de Acción social. Formaron parte de la redacción del diario Gregorio Fernández Santos, Juan Álvarez Delgado, Sebastián Arozena del Castillo, que ya habían formado parte del falangista Escuadras, así como Mauro Herrera Sicilia, Andrés de las Casas Herrera y Francisco Javier Centurión Hernández, éste con colaboraciones desde el frente bélico. Según los datos ofrecidos por Régulo Pérez (1948), en 1904, Diario de avisos vendía unos ochenta ejemplares; en 1909, 125; en 1948, un millar; en la década de los cincuenta, 1.300, alcanzando en la década de los setenta 1.600 ejemplares de venta, según los anuarios de la prensa española. Tras la guerra, siguió siendo impreso a dos o cuatro páginas, hasta que a mediados de la década de los sesenta, aumentó a las ocho. Aun apareciendo como órgano oficial del Movimiento, la empresa editora siguió siendo Diario de Avisos, S.L., propiedad de Manuel Santos Rodríguez Méndez, que en la década de los cincuenta asumirá asimismo la jefatura de redacción del periódico. En 1956, hereda la empresa Álvaro Santos Díaz y, según el Anuario de la prensa española de 1960-1961, en esa época desaparece de la mancheta del diario el escudo de Falange; y en el anuario de 1970, aparece como propietario Antonio Carrillo Cábana. Entre 1971 y 1972, el diario será dirigido por Carlos Bazzochi Díaz (1939-1972), y entre 1973 y 1976, por Gilberto Alemán de Armas (1931-). Tras ser adquirido por Canaria de Avisos, S.A. (CANAVISA), esta empresa traslada, en mayo de 1976, la edición e impresión del diario a Santa Cruz de Tenerife, convirtiéndose en un periódico provincial, siendo nombrado para dirigirlo Leopoldo Fernández Cabeza de Vaca (1942-). Manuel Iglesia García (1950-) que entra a formar parte de su redacción también en 1976, será después redactor jefe y, desde 1989, subdirector; y Juan Manuel Bethencourt (1967-), que ingresó como redactor en 1990, será después redactor jefe y, desde 2004, director adjunto (López Zuazo: 2008). El decano de la prensa canaria tuvo diferentes títulos en sus primeras décadas de vida -Diario de avisos de Santa Cruz de La Palma, Diario de avisos del partido judicial de Santa Cruz de La Palma o Diario de avisos de La Palma- y ha cambiado muchas veces de formato. Siendo matutino, se publica desde su fundación sin interrupción. Tras su adquisición por CANAVISA, pasa a ser un diario asociado a intereses económicos agrarios, afín a tendencias conservadoras (Meneses Fernández: 2007). En 1983, Diario de avisos tenía una difusión media de 9.919 ejemplares diarios, mientras que El Día, el otro diario provincial de Tenerife, que también había sido órgano del Movimiento, era de 23.586 ejemplares. Diario de avisos tiene también ediciones en alemán. Además de las referencias bibliográficas citadas, otros trabajos sobre la prensa palmeña son los de Pérez Hernández (2000) y Poggio Capote (2006), y de la prensa tinerfeña, los de Altabella (1964) y Yanes Mesa (1997). Sobre Guerra Zerpa, Véase el trabajo de López Isla (2010), y sobre los periodistas canarios, el catálogo de Eliseo Izquierdo Pérez (2005).