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La Correspondencia de los niños

Correspondencia de la juventud
Revistas infantiles || Literatura
En su primer número el semanario defiende la importancia de la educación y el poco dinero que se le dedica por parte de los Gobiernos. Son muy significativas estas palabras: ‘El testimonio de todas las prisiones del mundo en lo que respecta a las relaciones que existen entre el crimen, la miseria y la ignorancia no puede ser más concluyente. El noventa y cinco por ciento de los crímenes se cometen por personas que no saben leer ni escribir, y está probado que, entre cada doscientos criminales, existe uno apenas que haya recibido una mediana educación’. Este primer número incluye también un artículo sobre lo malo del hábito del tabaco y otro dedicado a pensamientos del filósofo Jaime Balmes. El periódico, de cuatro páginas por entrega, incluía artículos de varias materias, entre las que destacan las históricas, charadas, poemas, pasatiempos, concursos, y también un relato por entregas en sus últimas páginas. Muchas de las colaboraciones eran obra de los propios niños suscriptores. A medida que La Correspondencia de los niños se fue afianzando fue ganando en presencia gráfica, con números en los que las ilustraciones llegaban a ocupar una página entera. También la portada ganó en vistosidad con un dibujo en la cabecera. Una de las secciones estaba dedicada a grandes figuras de la historia con un grabado del personaje. Otras ilustraciones eran paisajes como la de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife con el Teide al fondo que se puede ver en el número del 13 de agosto de 1876. El 1 de octubre el semanario comenzó una segunda época, iniciando de nuevo la numeración, debido a algunas novedades, entre ellas el cambio de sede de la redacción, que pasó de la calle Leganitos a la de Alcalá, una edición de lujo además de la popular y un nuevo semanario titulado El Ateneo que, según se anunciaba, sería redactado por jóvenes estudiantes de distintas facultades. El último número de la publicación lleva fecha de 4 de febrero de 1877. Fue seguido entonces por otro semanario, La Correspondencia de la Juventud, cuyo propietario y director era el mismo: Fermín Ibáñez. [Descripción publicada el 8/09/2023]