Puede considerarse como continuador del semanario El telégrafo americano (1811-1812), que el periodista leonés y escritor americanista Juan López Cancelada edita y redacta también en Cádiz, a donde había llegado desterrado después de su aventura americana tras haber dirigido Gazeta de México. Quizá cambió “americano” por “mexicano”, en cuanto que en Nueva España se editaba entonces un periódico con la primera de las cabeceras citadas, a lo que se añadía el hecho de que la mayoría de los ejemplares de su proyecto periodístico gaditano se vendía en territorio americano.
Con una periodicidad mensual, su extensa paginación, en torno al medio centenar de páginas por número, le hace ser más parecido a una revista especializada tal como la concebimos hoy. Dedicado casi en exclusiva a contenidos americanistas y su relación con la potencia colonial española y también con Europa, inserta amplios artículos de política, historia, economía, sociología o militares, algunas veces en forma de correspondencia o cartas, así como manifiestos, proclamas, oficios, avisos y noticias. Desde sus páginas, López Cancelada continúa defendiendo el dominio español de sus colonias y será un vocero radical de la posición metropolitana contra sectores de “criollos” y representantes institucionales de la Corona española a los que se había enfrentado. Así, por ejemplo, expondrá que los pocos beneficios que producían las ventas de Nueva España a la Corona española, favorecía a Inglaterra, además de “poner al descubierto” a los diputados americanos en las Cortes gaditanas.
Aún así, se trata de una publicación de tendencia liberal, saliendo sus tres primeros números de la Imprenta del Estado Mayor General de la Isla de León, por lo que incluso podría considerarse “ministerial”, un término que nació precisamente entonces, y el resto de la gaditana Imprenta Patriótica, a cargo de D.R. Vergés. En total fueron estampados siete números, desde el 28 de febrero al 31 de agosto de 1813, así como suplementos a los números 1, 4 y 5, a los que hay que sumar otro suplemento redactado por el diputado José Mejía, que debió salir en el mes de octubre de ese año, tras el fallecimiento de este. La colección constaría de 393 páginas.
Entre el uno de septiembre y el 15 de noviembre de 1821, esta vez con frecuencia quincenal, López Cancelada editará una “segunda época” de este periódico, cambiando en la cabecera la grafía “mexicano” por “megicano”, con características similares a su anterior época gaditana, editándolo esta vez en Madrid y estampándolo en la imprenta que fue de Fuentenebro. En esta ocasión lo hace para poner de manifiesto los problemas que la Constitución había producido en la independencia de las colonias españolas en América, pero desde una posición constitucionalista, tal como pone de relieve Paniagua Pérez en su estudio a la edición facsímil de El telégrafo americano.