Semanario anarcosindicalista de los trabajadores del campo que inició su andadura el 29 de junio de 1935 y tuvo hasta tres épocas. La primera llegó hasta el 18 de julio de 1936 coincidiendo con el inicio de la Guerra Civil. En la segunda época, que comenzó el 23 de julio de 1937, salió como órgano de la Federación Regional de
Campesinos del Centro, de la CNT y duró hasta el 29 de enero de 1938. Su última etapa se inició el 28 de mayo de 1938 y se prolongó hasta el 25 de febrero de 1939.
La colección de la Biblioteca Nacional de España no está completa. Comienza el segundo año de publicación con el número del 18 de enero de 1936 y concluye con el del 10 de diciembre de 1938 de la tercera época. Salvo excepciones, en la primera etapa el semanario constaba de cuatro páginas y en la segunda y tercera de 7 siendo doble la central. Una de estas excepciones es el número del 27 de junio de 1936, que salió con 16 páginas con motivo de cumplirse un año de la publicación. Llevaba una cabecera distinta y la ilustración de un jornalero en portada.
El ideario anarquista de ¡Campo libre!, como el de todas las publicaciones de este signo, es la colectivización de los medios de producción, en este caso de la tierra para que pasara a propiedad de los campesinos y la trabajaran de forma autogestionada. Su planteamiento revolucionario era distinto al de los comunistas en tanto que los anarquistas consideraban al Estado un elemento opresor.
El semanario defenderá estas ideas y reflejará su puesta en práctica tras el inicio de la guerra en zonas controladas por el gobierno republicano. En la segunda época de la publicación puede verse en las páginas centrales distintos pueblos castellanos donde se ha colectivizado la tierra. Como nota curiosa, en el número del 29 de enero de 1938 estas páginas están dedicadas a ‘Alcázar de Cervantes’, dado que entonces se pensaba que Alcázar de San Juan era la patria del escritor.
La tercera época incorporó la novedad de llevar en rojo el título. El primer número salió con gran tipografía en la portada con el significativo título: ‘¡Otra vez en la palestra!’ y señalando la importancia que tenía la cosecha para seguir manteniendo el esfuerzo bélico.
Colaboró en el semanario, entre otros, José García Pradas, que trabajó como albañil y oficinista y escribió en diversos medios anarquistas llegando a dirigir el diario CNT de Madrid. Pradas murió en Londres tras haberse exiliado. Participó como dibujante en la publicación Baltasar Lobo, zamorano que marchó al término de la guerra a París, donde alcanzó renombre internacional como escultor. En su ciudad natal hay un museo dedicado a su obra.
[Descripción publicada el 20/09/2024]