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El Imparcial (Madrid. 1867)

Gasset y Artime, Eduardo (1832-1884), fundador
Periódicos
Considerado como el periódico más influyente en España en el último tercio del siglo diecinueve y primeros años del veinte, es fundado por Eduardo Gasset y Artime (1832-1884), apareciendo su primer número el 16 de marzo de 1867, como diario vespertino (hasta abril de 1868 no será matutino) de carácter informativo alejado del doctrinarismo propio de los periódicos de partido y fuertemente ideologizados, que llegará a ser considerado como el principal periódico de los que iniciaron la gran transformación de la moderna prensa española. Desde una zona templada, nace afín a la Unión Liberal y como opositor al gobierno del general Ramón María Narváez, sufriendo suspensiones en su primer año de vida, como la que va del 11 al 22 de mayo. Desde sus columnas se gestará la coalición de liberales, progresistas, demócratas y antidinásticos que propiciarán la Septembrina, convirtiéndose en el órgano más influyente del Sexenio Democrático, como refleja el aumento de su tirada, desde el medio millar de ejemplares diarios iniciales a los 18.000, alcanzando al final de este periodo los 40.000, una de las cifras de circulación más altas en la prensa española de la época, convirtiéndose en el diario favorito de los lectores, a la vez que el más barato. Con el diario de Gasset se va a acentuar el periodismo español de una forma considerable, en palabras de Asenjo y, según Seoane, se consolidará el periodismo noticioso y empresarial de calidad, mezcla de un cuidado aspecto informativo moderno y ambicioso, a medio camino entre la asepsia y los extremismos, y de una opinión democrática. Convertida su imprenta en centro de propaganda de la Septembrina, será el más firme apoyo de Amadeo I y reconocerá a la I República, al tiempo que inicia el desbancamiento de su rival, el ecléctico diario La correspondencia de España, que desde 1859 venía siendo el hegemónico. Clásico diario de cuatro páginas a varias columnas y tipografía menuda y sin alardes, en la primera incluía dos o tres artículos de fondo, así como la crónica diaria. Contaba también con una sección de Miscelánea política o Revista de prensa. Daba amplio espacio a los despachos telegráficos internacionales que servía la agencia Havas a través de Fabra. Contaba con las secciones oficial, y de noticias del interior, exterior y ultramar, mercantil e industrial, bibliografía, espectáculos, amena y de variedades. Asimismo, publicaba el ya consolidado folletín en el tercio inferior de las primeras páginas, y dejaba la cuarta plana para los anuncios publicitarios, que al principio habían ocupado poco espacio. Entre sus redactores se encontraron Mariano Araús (mano derecha de Eduardo Gasset), Ángel Castro y Blanc, Isidoro Fernández Flórez (Fernanflor), Manuel Fernández Martín, Rafael García Santisteban y José Echegaray, entre otros. Al final del periodo democrático, el 27 de abril de 1874, comenzará a publicar Los lunes de El imparcial, que alcanzará la cima de la fama de los suplementos semanales literarios de todos los tiempos, con artículos de divulgación científica, crítica literaria, teatral y de arte y de creación, en el que se darán cita las mejores plumas del país, al frente del cual se pondrá Fernández Flórez. Hostil al principio a la Restauración, termina integrándose en un “realismo político”, manteniendo su independencia desde una posición liberal amplia, según palabras de Seoane, y situándose frente al otro gran diario, el dinástico y canovista La época. Sin embargo, su integración plena en el sistema forzará a sus dos principales periodistas, Araús y Fernández Flórez, liderar una primera escisión que originará la fundación, en 1879, de El liberal, que competirá desde una posición ideológica republicana y más a la izquierda. Como gran órgano de opinión y una de las más importantes empresas periodísticas de la Restauración, El imparcial seguirá siendo uno de los diarios de mayor prestigio y circulación, dando la nota más intelectual de la prensa nacional. Su gran editorialista político por antonomasia será Manuel Troyano. Incorpora nuevos redactores, como Andrés Mellado, Mariano de Cavia o Eugenio Rodríguez de Escalera (Montecristo), uno de los principales cronistas sociales de la época, y José Ortega y Munilla, futuro yerno del fundador, tomará la dirección de Los lunes… La calidad de sus artículos políticos, económicos y literarios afianzará su influencia, de tal modo que se dirá que un artículo del diario puede llegar a derribar un gobierno, mientras que publicar en su suplemento literario se convierte en la mayor pretensión de los escritores españoles. En las páginas de Los lunes... se darán cita, entre otros, los principales escritores de la Restauración y los que más tarde integrarán la nómina de lo que se denominará generación del 98. Nos referimos a Juan Valera, Federico Balart, Manuel del Palacio, Ramón de Campoamor, Emilia Pardo Bazán, Jacinto Octavio Picón, Leopoldo Alas Clarín, Ramón María del Valle Inclán, Miguel de Unamuno, Jacinto Benavente, Pío Baroja, Ramón Pérez de Ayala, Ramiro de Maeztu, Azorín… Con la muerte del fundador, su hijo Rafael Gasset Chinchilla (1866-1927) había tomado la dirección de diario en 1884, quien en 1897 se incorporará al grupo regeneracionista de Camilo García Polavieja (que a su vez se suma al conservador Francisco Silvela) y seguidamente al de Raimundo Fernández Villaverde, a la vez que hará desde el diario una oposición al partido liberal de Práxedes Mateo Sagasta. Y cuando sea nombrado ministro en 1900, le sustituirá al frente del periódico su cuñado José Ortega Munilla (1856-1922), reconvirtiéndose el diario en defensor del nuevo jefe del Partido Liberal, Segismundo Moret, y tras un breve periodo de oposición pasará a defender al liberal progresista José Canalejas. Estos vaivenes harán perder el prestigio de independencia del diario, aunque mantiene el de su suplemento semanal y, de los 140.000 ejemplares diarios en torno a 1900, momento que alcanza el cénit de su popularidad y circulación, pasa a los 80.000 en 1906. En mayo de este año será incorporado, junto a El liberal, el Heraldo de Madrid y otros periódicos de provincias, a la Sociedad Editorial de España, ocupando El imparcial el ala derecha del trust empresarial de la prensa liberal española. Luis Bermúdez de Castro será su nuevo director durante 1906-1907 y Luis López Ballesteros, desde 1908 a 1913. Durante la primera guerra mundial comenzará siendo neutral, mostrando Benavente su germanofilia y Ciges Aparicio, como corresponsal en París, su aliadofilia, pasándose al final al lado alemán mediante la correspondiente subvención. En 1916 se separa de la Sociedad Editorial de España al mismo tiempo que se precipita su decadencia, pasando un año después a La Papelera Española, de Nicolás María de Urgoiti, siendo nombrado director Félix Lorenzo. La actitud del diario ante el fenómeno de las Juntas de Defensa y el artículo publicado por José Ortega y Gasset (nieto del fundador) en junio de 1917, en el que difunde severos juicios contra la dinastía y reclama cortes constituyentes, propiciarán a final de este año la fundación de El Sol, al que marchan sus más prestigiosos redactores y colaboradores, entre ellos Mariano de Cavia y Félix Lorenzo, que tomará la dirección del nuevo diario de Urgoiti. Durante la dictadura primorriverista el diario ya se encuentra en la más absoluta postración y agonía, el número de suscriptores son 9.000 y apenas 1.500 ejemplares tienen venta callejera. En abril d 1927, de nuevo, Rafael Gasset y su familia se deshacen del diario, y un año después será constituida Editorial Española, S.A., para la edición del periódico, siendo su propietario el Banco de la Construcción, desapareciendo en 1933, tras su dilatada, próspera e influyente existencia.