« Back

¡Hola! (Barcelona)

Hola (Madrid)
Revistas del corazón
El primer número de la revista que con el tiempo se convertirá en paradigma de la que se denominará “prensa del corazón” aparece en plena posguerra española, el sábado, dos de septiembre de 1944, en Barcelona, con el subtítulo “semanario de amenidades”. Sobre quién o quienes fueron sus primeros propietarios existen diferentes versiones. El Anuario de la prensa española (1945-1946), que la incluye en su apartado de publicaciones “festivas”, indica que su aparición fue autorizada por la Dirección General de Prensa el 17 de mayo de ese año, siendo su director y propietario José Antonio Irurozqui Rivas –Iru- (1916-1975), entonces redactor y caricaturista del diario vespertino barcelonés La Prensa (1941-1979), en donde tenía una sección de chismes en clave de humor y publicaba entrevistas ilustradas. En su “invento” participó activamente Joaquín Soler Serrano (1919-2010), tal como se recoge en la biografía de este polifacético periodista de origen murciano escrita por Joan Munsó Cabús (1993); pero otra versión señala que fue el también entonces redactor del citado diario Feliciano Baratech Alfaro (1896-1976) a quien su amigo, el director general de Prensa, Juan Aparicio López (1906-1987), le había facilitado el permiso para su salida. El caso es que se viene considerando como su fundador al rondeño Antonio Sánchez Gómez (1911-1984), que había recalado en Barcelona al ser nombrado director del citado periódico, después de haber dirigido otros diarios del nuevo régimen, como El Día de Palencia (1938-1939), al hacerse muy pronto con la completa propiedad y dirección del semanario, bien por habérselo vendido Irurozqui (por 5.000 o 10.000 pesetas) y/o por haberle regalado Baratech su 50 por ciento. Los primeros números de semanario fueron elaborados en la misma redacción del citado diario La Prensa, y cuando pase a su propiedad, Sánchez Gómez la instalará en su propio domicilio familiar, formando tándem con su mujer, la palentina Mercedes Junco Calderón, que se encargará de su diseño y confección hasta el final de su larga vida profesional, siempre de forma manual, con tipógrafo en mano. Las primeras entregas de ¡Hola! fueron de una veintena de páginas al precio de dos pesetas el ejemplar, impresas con diversas tintas de color, especialmente el azul en su portada, que era ocupada al completo por el retrato de una mujer. En su primer número será un dibujo de Emilio Ferrer –una joven con pamela y perrito a sus pies sobre fondo marino y un velero-, pero pronto serán reemplazados por fotografías, generalmente procedentes de las mismas productoras o agencias que promocionaban a las artistas y actores del cine norteamericano y del espectáculo (Marlene Dietrich, Elizabeth Taylor, Robert Taylor, Clark Gable, etc.). Dirigida principalmente a un público femenino, en sus inicios su difusión sólo alcanzaba a Barcelona, publicitando sus “ecos de su sociedad”, a través de una sección que, con el título Diagonal, daba cuenta de bodas, fiestas, bailes o veraneos, que firmaba como colaborador fijo y bajo seudónimo –Hugo de Lys- Manuel Rodríguez Llauder. Ecos de sociedad que seguidamente amplió con los de Madrid (a partir de 1950 instalará su delegación en la capital), expandiendo su difusión a otras ciudades españolas, hasta llegar a ser nacional. Además de los llamados “ecos de sociedad”, sus principales contenidos eran los referidos a modas, teatro, toros, deportes, arte o libros y, especialmente, reportajes gráficos y narraciones cortas y de aventuras, asimismo ilustradas con dibujos, abundando el espacio dedicado al humor, con caricaturas, chistes y tiras cómicas, obra del citado Irurozqui o de otros dibujantes, como Carlos Conti Alcántara, Óscar Daniel, Muntañola, Velluto o Rafael de Penagos, que contaba con su propia sección –Impresiones gráficas. Antonio de Armenteras Estalella hacía las críticas cinematográficas, y otros de sus colaboradores eran José Luis Pérez de Rozas, Cecilio Benítez de Castro (Fidelio Trimalción) o J. Silva Aramburu. El aumento del número de fotografías en sus entregas –retratos de actrices o actores de Hollywood- hizo evolucionar a un semanario de “amenidades” a otro de “personajes”, de estrellas y famosos, cuando aún la televisión ni había aparecido en España. A partir del once de febrero de 1950 sus ediciones empezarán a imprimirse en huecograbado y sus tiradas semanales serán de unos 14.000 ejemplares, y entre los acontecimientos sociales de los que supo aprovecharse para incrementar su difusión se encuentran la boda de la hija del dictador, Carmen Franco Polo, con el médico Cristóbal Martínez-Bordiú, el diez de abril de 1950, y el Congreso Eucarístico Internacional celebrado en 1952 en Barcelona, al que dedicó un par de monográficos, que alcanzaron hasta 200.000 ejemplares de ventas, que sumados a otros dedicados a belleza, moda, cocina, viajes, novias o navidad, facilitaría la difusión de la revista en todo el país. El Anuario de la prensa española de 1954 incluyó a ¡Hola! en el apartado de publicaciones de “literatura femenina”, cuando su tirada había pasado de los 10.000 ejemplares iniciales a los 25.000, al precio ahora de cinco pesetas. A su propietario y director le venía asistiendo también en la revista, como redactor jefe (1945-1960) y después como subdirector (1960-1981), su hermano Rafael Sánchez Gómez (1915-1998), que asimismo realizaba labores de confección de ¡Hola!, al mismo tiempo que entre 1944 y 1961 compatibilizará ese trabajo con el de secretario de redacción y, entre 1961 y 1965, como jefe de sección del vespertino La Prensa, que Antonio Sánchez Gómez continuará también dirigiendo hasta 1960, siendo sustituido en su cargo en la Prensa del Movimiento por el citado Baratech, que hasta entonces había ejercido de subdirector. A mediados de esa década de los cincuenta, la revista ya contará con redactores propios, como los citados Antonio de Armenteras y Miguel Rodríguez Llauder, autor este de las crónicas de sociedad; así como con Rafael López Izquierdo, que enviaba las suyas desde Madrid. Como colaboradores fijos, entre otros, contaba con Víctor Pascual Morlan, dedicado a reportajes; como fotógrafos, con Gaudencio Sagarra y Manuel Aumente Rodríguez; y entre sus dibujantes y caricaturistas, con el citado Conti o Juan Nogueras. La publicación aumentará sus páginas de huecograbado y seguirá estructurada en secciones de reportajes gráficos, ecos de sociedad, modas, espectáculos, humor, cuentos o amenidades, pero también se irá especializando, además de en las estrellas de cine o de teatro, en los personajes de las casas reales europeas y en sus cabezas coronadas (como es el caso de Isabel II de Inglaterra), a los que va a tratar siempre de un modo exquisito, como cuando dará cuenta de la boda entre el rey Balduino de Bélgica y la aristócrata española Fabiola de Mora y Aragón, en diciembre de 1960. Sobre el tipo de periodismo que ejercerá la revista es conocida la frase de Antonio Sánchez: “Nosotros cogemos la espuma de la vida. La espuma no tiene ni densidad ni peso pero entretiene”. El Anuario de la prensa española de 1960-1961 la clasifica como semanario de “información general y gráfica”. Sus ejemplares ordinarios mantienen el mismo precio de venta y rondan ya las cuarenta páginas. Además de Armenteras Estalella, que sigue haciendo las crónicas de espectáculos (cine y teatro), y de Rodríguez Llauder, que continua con las de sociedad, cuenta con Eva Davín, como colaboradora de una sección literaria. Sus colaboradores de reportajes gráficos son ahora Víctor Pascual Morlau, Felipe Navarro (Yale) o Amadeo Lladó Sori, y entre sus fotógrafos aparecen los nombres de José Campúa (hijo), Ignacio Morales y Martín Camino, junto al citado anteriormente Manuel Aumente. La edición e impresión de ¡Hola! se trasladará a Madrid para convertirse en una revista a todo color (aunque siempre mantendrá algunas de sus clásicas secciones en blanco y negro) a partir de su número del seis de abril de 1962, abandonando completamente sus portadas de tintas azuladas o sus páginas interiores de tintas rojas o sepias. Modernizará su diseño – que aunque evolucione, siempre se mantendrá fiel a su perfil y estructura-, y sin abandonar el mundo del espectáculo –personajes del cine, el teatro o el toreo, al que agregará los de la televisión- incrementará sus contenidos dedicados a los personajes de la realeza y la aristocracia española, europea e internacional, dando el salto definitivo a lo que se denomina también como “prensa rosa”, a la que ¡Hola! se la considera como su verdadera creadora (Pizarroso y Riviera, 1994). Ese mismo año 1962 publicará un monográfico dedicado a la boda entre don Juan Carlos de Borbón y doña Sofía de Grecia, celebrada en Atenas el 14 de mayo, cuando sus tiradas alcanzan ya los 250.000 ejemplares semanales, trasladando definitivamente en septiembre su redacción y sede principal a Madrid, aunque continuará compartiéndola siempre con la de Barcelona. Durante la década de los sesenta también irá haciéndose eco de acontecimientos internacionales, como el asesinato del presidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy, en 1963, así como del nombramiento de don Juan Carlos como Príncipe de España, en 1969, e irán apareciendo en sus páginas otras personalidades del régimen. El Anuario de 1970 sigue clasificando la revista como “semanario gráfico de información” y de amenidades, que aparecía entonces los sábados por la mañana. Su tirada ya alcanza los 350.000 ejemplares, con una difusión no sólo nacional, sino también internacional. A los hermanos Antonio y Rafael Sánchez Gómez y a la mujer e hijo del primero, Mercedes Junco Calderón y Eduardo Manuel Sánchez Junco (1943-2010), respectivamente, que integran también el Consejo de Administración de la empresa familiar que había sido constituida en 1964 (Hola, S.A.), sigue unido Víctor Pascual Morlán, como jefe de sección de internacional. A partir de 1967 se había integrado, primero como secretario de redacción y después como redactor jefe, Jaime Peñafiel Núñez (1932-), quien en 1984 romperá con Eduardo cuando a la muerte de su padre asuma la dirección de la revista y su madre la presidencia de honor de la empresa editora. Durante aquél tiempo de transición, la revista no quedó al margen del cambio de régimen, ofreciendo portadas sobre la muerte del dictador, la restauración de la monarquía española o la vida familiar del presidente del Gobierno Adolfo Suárez. Asimismo irá dedicando especial interés a otros personajes famosos, como el cantante Julio Iglesias; la primera mujer de este, Isabel Preysler, o la emergente princesa Diana de Inglaterra. El término prensa del corazón –presse du coeur- había sido acuñado en Francia tras la Segunda Guerra Mundial con la aparición de Jours de France o Point de Viu, para un tipo de publicación dedicada a relatar y publicitar la vida privada y –esencialmente- sentimental de una serie de personajes famosos, a través de estereotipos, clichés, valores y una cierta ideología, con los que transmitir sueños, ilusiones, deseos, modelos de vida, normas de un mundo inalcanzable y paralelo para un público esencialmente femenino, a juicio de Chloé Roy-Orenes, que publica en 2012 un estudio sobre un tipo de prensa que integra un mercado con pautas propias dirigido esencialmente a las mujeres, pero que se diferencia de otro sector de la prensa femenina, de carácter práctico y dedicado al hogar, a la moda y a la familia (M. José Recorder: 1982), que cuenta con sus propias cabeceras, como Telva (1953), Ama (1959-1989), Dunia (1976-1998), Marie Claire (1977), Cómplice (1985), Mía (1986) o Elle (1986), y por supuesto, diametralmente opuesto a las revistas feministas de carácter reivindicativo social y político, situadas en el otro extremo. A lo largo de su historia, ¡Hola! viene compartiendo un mismo mercado con otras cabeceras de la prensa del “corazón” o del “cotilleo” en España. Estas son Semana (1940-), que originariamente también fue una publicación de “información general”; Lecturas, que reapareció en 1941 tras una época anterior como revista literaria (1921-1936), y que a partir de 1950 fue adoptando el género “rosa”, y Diez minutos (1951-). Todas ellas madrileñas y consideradas como más liberales y propiedad ahora las dos primeras de un mismo grupo editor (RBA), y la tercera –que perteneció a Gráficas Espejo y es considerada como la más atrevida- a Hearts Magazines. A partir de 1972 una nueva revista barcelonesa se incorporó a este mercado: Pronto, editada por Publicaciones Heres, la más popular y sensacionalista y la que ha alcanzado una mayor tirada. Todas estas cabeceras habían experimentado un aumento de su difusión a partir de la década de los sesenta. Por ejemplo, Lecturas pasó de los 154.000 ejemplares, en 1964, a los 520.000, en 1980, periodo en el que lideró este mercado; y Diez minutos pasó de los 50.000, en 1965, a los 408.000, en 1980. En 1989, la tirada de ¡Hola! era de 582.778 ejemplares; la de Lecturas, 389.513; la de Diez minutos, 377.105, y la de Semana, 340.590 ejemplares. A ellas se sumarán también la fundada por Jaime Peñafiel –La Revista (1984-1989)-, o las que nacen de los propios programas del “cuore” incorporados en la programación televisiva en la década de los noventa, como ¡Qué me dices! (1997) o Sorpresa! (1998), que transmutan la clásica crónica rosa, amena, blanca y ligera, en otra claramente amarilla tildada de telebasura e introductora de una serie de personajes advenedizos, tal como señala Laura Soto Vidal (2005). ¡Hola! está considerada como la revista más representativa y famosa de entre las de una categoría también denominada como la del papel “couché” o del “colorín” (Juana Gallego Ayala: 1990). Es también la de la realeza por excelencia, estando dirigida fundamentalmente a mujeres de mediana edad, en su mayoría amas de casa, conservadoras, de clase media y media-alta y sin demasiadas inquietudes intelectuales (Emma Lezcano González y Mª Pilar Fraga Vaamonde: 1997). El caso concreto de la consolidación del género “rosa” por la revista de la familia Sánchez-Junco, se debe al respeto a los límites implícitamente pactados con sus lectoras: no desvelar la intimidad familiar o las relaciones sentimentales de los famosos si estos no desean hacerlo voluntariamente; evitar el uso del dolor ajeno y ofrecer el tono positivo y amable de sus personajes, reyes, aristócratas, actores, toreros, deportistas, cantantes, presentadores de televisión, modelos o empresarios (Alfonso Sánchez-Tabernero (1997). Se trata de un producto editorial que, como baluarte de unos roles tradicionales (María Pilar Diezhandino Nieto: 1989), transmite unos valores conservadores, aristocráticos, cristianos y nacionalistas (Chloé Roy-Orenes: 2012). Considerada también como la “reina del glamour” al ofrecer la cara más amable de sus personajes y una institución al estar considerada como la más prestigiosa de entre las de su género (Inés García-Albi: 2007), ¡Hola! ofrece un discurso eminentemente visual, con historias a través de una sucesión de grandes fotografías acompañadas de un texto que recorre los huecos que dejan en columnas de diferente tamaño, en un el 90 por ciento a color y el restante en blanco y negro, a las que suma secciones fijas: Cóctel de noticias, con pequeños reportajes; Panorama, fotos con pies de texto; Cinegrama, con estrellas de cine; Sociedad, con notas de nacimientos, bodas, bautizos, comuniones o fiestas de largo, así como las de Cuida tu belleza, Moda, Cocina, Humor, Pasatiempos, Programación de televisión y Mundo singular (noticias curiosas). Entre las portadas que alcanzarán grandes tiradas de la revista se encuentran las dedicadas a la relación sentimental y a la boda de Isabel Preysler con Miguel Boyer o a la boda de Chabeli Iglesias, hija de Isabel con el cantante Julio Iglesias, y por otro lado, a los enlaces matrimoniales de las infantas Elena y Cristina y la de los Príncipes de Asturias, Felipe y Leticia. Pero también en la política editorial de ¡Hola! se encuentra la compra a un precio muy elevado de unas fotos en topless de la princesa de Gales para evitar su publicación, no sólo en España sino también en el Reino Unido. Según el control de la OJD, en 1997, la tirada de Pronto era de 789.112 ejemplares semanales; ¡Hola!, 638.432; Lecturas, 334.850; Díez minutos, 292.462, y la de Semana, de 265.537 ejemplares; aunque su difusión es muchísimo mayor, pues la registrada en 1993 ofrecía 3.031.000 lectores (27,36%) para Pronto; 2.562.000 (23,12%), para ¡Hola!; 1.898.000 (17,13%, para Semana; 1.889.000 (17.05%) para Lecturas, y 1.697.000 (/15,32%), para Díez minutos. El modelo encarnado por ¡Hola! –que también edita anuarios dedicados a la moda o a viajes- inicia un proceso de internacionalización a partir de de mayo de 1988, a través de su versión inglesa –Hello!- con una difusión inicial de 175.000 ejemplares, así como de la francesa –Oh la!-, que aparece en septiembre de 1998 y dura sólo siete años, y desde 2006 ¡Hola! México. Antes de su fallecimiento en 2010, el hijo del fundador, el barcelonés Eduardo Sánchez Junco, había logrado que la cabecera ¡Hola! llegara a tener ediciones en más de una veintena de países y en una decena de idiomas diferentes a través de franquicias, que unido a la difusión del título español en más de setenta países, sumaba una difusión total de más de doce millones de lectores semanales, a lo que había que sumar la edición electrónica (hola.com), que superaba ya los sesenta millones de páginas vistas al mes. La presidencia de honor del Grupo Hola la sigue ostentando su fundadora Mercedes Junco Calderón, acompañada de su nieto y nietas en el Consejo de Administración de la empresa familiar: Eduardo, María del Carmen y Mercedes Pérez Sánchez.