Este diario republicano nació un año después de El País, periódico cuyo mentor era Manuel Ruiz Zorrilla, exiliado en Francia. Este y Nicolás Salmerón habían intentado desde el comienzo de la Restauración borbónica la unión de las fuerzas republicanas bajo la bandera del centralismo, tras la nefasta experiencia del cantonalismo de la I República de 1873. Pero el propósito de unión fracasó tras el pronunciamiento militar republicano del brigadier Manuel Villacampa en 1886.
Salmerón, que volvió del exilio en 1885 aprovechando la amnistía de Sagasta, no aceptaba el uso de la fuerza y acabó rompiendo con Ruiz Zorrilla. La Justicia lo llama “nuestro querido amigo” y no hay duda de que el inspirador del diario fue Salmerón, para quien El País había dejado de representarle.
Con cuatro páginas y compuesto a cinco columnas de apretado texto, su contenido estaba en su mayor parte dedicado a la política: crónicas de las sesiones del Congreso, noticias y críticas de las decisiones gubernamentales, reseñas de las asambleas y reuniones republicanas, así como cartas de correligionarios de provincias. Bajo el epígrafe de Telegramas, daba información del extranjero y tampoco faltaba una sección de espectáculos con el título de Diversiones Públicas, así como otra de cotizaciones de la Bolsa.
La prensa comercial ganaba terreno cada vez más a la prensa doctrinal y La Justicia no desdeñó sumarse a esta corriente con el fin de financiarse. Así, su última página estaba consagrada a los anuncios comerciales.
Salmerón fue abogado de la defensa en el crimen de la calle de Fuencarral de Madrid, suceso ocurrido en el verano de 1888 y con el que se inicia la prensa sensacionalista en España. La Justicia siguió asiduamente el juicio por este caso, cuyas sesiones comenzaron el 26 de marzo de 1889. Ese mismo día dedicó casi una página a informar del sumario del crimen y al día siguiente abrió su crónica de primera página con estas palabras que reflejan bien el ambiente del momento. “El crimen de la calle Fuencarral sigue teniendo el privilegio de embargar por completo la atención pública. Regias visitas, querellas de Martos, inminencia de la crisis, ministerio de notables, chanchullos electorales, hasta los propios municipales infundios, todo se eclipsa, todo palidece ante la emoción que despierta la inauguración de las sesiones del juicio oral relativo al misterioso asesinato de doña Luciana Borcino”.
La Justicia, al igual que otros periódicos, ejerció la acción popular en el caso. Era la primera vez que esta novedad procesal tenía lugar en España. Los directores de los diarios se personaron al considerar que había muchas irregularidades en la investigación y para llegar al fondo del asunto, dadas las derivaciones políticas del mismo.
En el periódico también hubo cabida para grandes acontecimientos como la Exposición Universal de París. En su número de 6 de mayo de 1889 incluyó en portada un dibujo del recinto de la muestra con la Torre Eiffel, la gran novedad de la exposición llamada a convertirse en símbolo de la capital francesa.
El 30 de junio de 1897, La Justicia editó su último número y se despidió de sus lectores una vez realizada la fusión republicana anunciando que al día siguiente sus redactores junto con los de otros medios publicarían un nuevo diario: La Vanguardia.
[Descripción publicada el 26/7/2018]