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La España (Madrid. 1848)

Periódicos
A los dos días de la desaparición de El español, el gran diario del moderantismo que había fundado en 1835 Andrés Borrego, el 18 de abril de 1848 ocupará su vacío esta cabecera, con diferente empresa pero utilizando sus mismos bagajes, en concreto su cuerpo redaccional, pero quedando Borrego al margen. Sus artífices serán un hombre muy cercano personalmente a la ahora exiliada regente María Cristina, el empresario, político y fuerista alavés Pedro Egaña (1803-1895), y Francisco Navarro Villoslada (1818-1895), que había llegado a sustituir temporalmente a Borrego en la dirección de El español y que ahora tomará el mando de la nueva cabecera, pasándose más tarde a las filas del carlismo. Se trata de un diario que se autodefine como “un periódico de gobierno, no de gobierno… defensor de los principios del orden, conservador de la sociedad, celoso de la independencia nacional, monárquico y liberal en el sentido más puro y más honrado de esta palabra”, según señala en su edición del uno de enero de 1849. Será el principal diario del Partido Moderado, pero situado en su ala derecha, con una ideología liberal-ultraconservadora lindante con el absolutismo, aunque sin querer confundirse con los neocatólicos (La regeneración y La constancia), y, en realidad, un periódico “ministerial de todos los ministerios”, como expresión del poder fáctico de un régimen isabelino en donde el poder político estuvo en manos de los generales Ramón María Narváez (1800-1868) y Leopoldo O’Donell (1809-1867). Egaña, su gran artífice, que en 1846 ya había asumido la cartera de Gracia y Justicia, será en 1853 ministro de la Gobernación, siguiendo su carrera política como diputado y senador. La España consolidará, desde el ala conservadora, el modelo de periodismo informativo y político español que se había iniciado tras el régimen fernandino, siguiendo la estirpe anglosajona del Times. Se estabilizará en el gran formato, compuesto a cinco columnas (sus primeros números lo habían sido a seis) y con tipos diminutos. En números de cuatro páginas, con ediciones para Madrid y provincias, así como matutinas y vespertinas, dejando de aparecer los lunes y también los domingos y festivos, estructurado en secciones fijas. Comenzaba con las noticias extranjeras, después la que denomina de interior, o nacionales, oficiales (decretos, órdenes), parlamentarias, el editorial diario, artículos de fondo, otras noticias económicas, comerciales, industriales, la cotización de la Bolsa, etc. También una gaceta religiosa y otras gacetillas de asuntos varios, información y revista de espectáculos, especialmente de teatros, bibliografía, literatura, etc. Así como revistas de prensa y el ya consolidado folletín diario, en los faldones de las dos primeras páginas. Sus anuncios comerciales llegarán a ocupar completamente la cuarta plana del periódico. Entre su larga nómina de redactores y colaboradores estarán José Gutiérrez de Aguilar, Ceferino Suárez Bravo, José Selgas Carrasco, Eduardo González Pedroso, Eusebio Martínez Velasco, Eugenio Ochoa, Carrillo de Albornoz, etc. Muchos de ellos redactarán y colaborarán también en el violento satírico neocatólico El padre Cobos durante el bienio progresista (1854-1856). Otros pasarán posteriormente a periódicos afines al carlismo. Había empezado saliendo de la imprenta de Anselmo Santa Coloma y Compañía, después de otras, y por último de una propia, a cargo de F. Gamayo. Después de una veintena de años de existencia, desparecerá a causa de la Gloriosa, como otros periódicos unidos a la caída dinastía, publicando su último número el 29 de septiembre de 1868, ocupando su vacío El siglo (1868-1869).